Friday, May 11, 2012

Deudas que no se olvidan

Por lo menos,
antes sabía que mientras yo me escondía tras la puerta tú te paseabas por las calles, por cada fiesta, por cada coqueteo, tenías planes a futuro y
me mantenías al margen de tu resplandor,

pero ahora,
que ni de ti la más mínima pista,
me escondo atrás de la puerta
esperando nada, ilusionado por nada,
sabiendo que la carta donde te despides de mí ya no llegará por abajo de la puerta.

pero prefiero no salir,
ni a darle los buenos días al cartero,
no quiero extrañarte viendo la basura pasar,

fumar, fumar y fumar,
eligo deshacerme de un pulmón a que me des explicaciones que después serán usadas como gasolina para letras que realmente ni valen la pena

Ahora, prefiero no exigir cuentas
y decido refugiarme en la ilusión,
por lo menos ahí sé que fumar no me hará daño.

Y bien,
es mejor cabrearme solo,
borracho y sin ningún motivo.
es mejor esto a pensar en las miles de palomas dándote el mensaje de la gravedad de tu partida.

Quisiera romper los elementos de la comunicación contigo, pero hay deudas que no se olvidan y tal vez en cien, dosmil, un millón de años, etcétera, etcétera, etcétera, tenga que rendirte explicaciones,

por lo mientras

me voy sin ningún sentido,

sin ningún motivo,

sin ningún objeto,

a educar a palomas mensajeras.

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