Saturday, November 03, 2012

Casada juega con plomero

Pensé que aquella noche era buen momento para ver pornografía casera, pero el espíritu santo y lo que se dice el destino sabían que no, nunca es buen momento y sin embargo lo hago.

Como cualquier viernes en la noche llegué de la oficina, donde desempeño mi labor de ejecutivo de ventas aunque en un futuro próximo podría ser despedido por mi nulo interés en vender computadoras. Como decía, llegué a mi casa después de un día estresante para mí, prendí la televisión y comencé a preparar la sopa instantánea que me sirve de desayuno, comida y cena desde hace un par de meses. La sopa se preparó en menos de cuatro minutos y me quedé inerte ante el televisor, no percataba si estaba prendido o apagado, tampoco me daba cuenta si la sopa estaba ardiendo en mi mano o no pues mi mente sólo se quedó en blanco, un suceso que últimamente ya era común en mí; por arte de no sé qué mi cerebro desconectaba todos mis sentidos por unos minutos.

 Al recuperar la razón me dieron unas ganas terribles de llorar, me sentía tan solo que hasta gritar me asustaba, era un momento triste y yo ya no era dueño de mis movimientos, sentía que las paredes del cuarto donde me encontraba se me venían encima y el corazón se me aceleró tanto que estaba seguro que quería salir de mi ser... Cuando recuperé la razón me encontraba tirado en el suelo y con la boca sangrando, supuse que me había desmayado y la sangre era producto de un golpe que me di al caer por el desmayo.

Poco a poco me fui incorporando, la noche había caído pero ya no me sentía tan solo, pues fue cuestión de un instante, me senté en el único sofá que se encuentra en mi casa y pensé que si la situación continuaría así mi vida estaba destinada a unos cuantos meses y no más pues estando yo solo sabía que iba encontrar alguna manera de destruirme poco a poco, pues la soledad es algo con lo que se está y se soporta pero por no por siempre, pese a que yo llevaba poco tiempo de ir viviendo con ella desde la muerte de mi familia y el abandono de mi esposa.

Busqué un cigarro en las bolsas de mi pantalón pero desde hace una semana se encuentran rotas y todo lo que meto ahí suele caer al suelo por lo que me di cuenta e inmediatamente busqué en el bolsillo de mi camisa, al encontrar solo una pluma recordé que mi esposa guardaba cigarrillos en el horno de la cocina, pues decía que se me tenía que quitar ese mal hábito de fumar pues no era de una persona decente tener todo el día ese mal olor.

Encontré los cigarrillos en el horno, no uno sino varios, entonces supuse que para que mi esposa tuviera guardado varios cigarrillos en esa parte de la estufa era porque desde hace tiempo ya no cocinaba algo decente para mí y por ende había perdido el interés en complacerme desde hace ya un rato. Se me olvidó toda esa amargura en un instante y recordé que por el momento la pornografía era mi única aliada en esa aquella etapa de mi vida, pues con ella podía acceder cientos de mujeres hermosas.

Y al momento de acceder a mi página de confianza entré en la sección de caseros, di click al video de nombre "Casada juega con el plomero".

 Las caras eran conocidas, era mi esposa y el plomero de mi confianza, además era mi casa. No tuvo importancia, comencé a hacer lo necesario; lo de mi mujer era cosa ya superada.  

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