A veces creo que existe un contador para todo,
desde los primeros besos de los "alguien" hasta el recuento de pajas del diario en éste mundo,
desde los litros de agua que fueron necesitados para derrumbar el muro de Berlín
hasta las aves muertas cada vez que se prende una turbina de avión.
A veces también creo que ese contador forja el destino de las cosas
el rumbo del universo, cada movimiento calculado aunque pensemos que no.
Para no hacer largo el cuento sólo diré:
No sé cuántas veces he excitado a lo peor de mi destino
no sé cuántas veces he coqueteado con la tragedia
y no sé cuántas veces fui hipócrita con la comedia
sólo sé que se tendrá que terminar
para quitarme esa máscara que todo mundo suele tener,
por el momento sólo quiero regresar a los 16 años
y volver a cometer al triple las mismas estupideces
que alguna vez funcionaron para poder avivar tu atención en mí.
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